Las habilidades sociales son un recurso fundamental en la vida de los seres humanos, al ser parte de una sociedad es indispensable relacionarnos con los que están alrededor nuestro.
La pandemia ha cambiado nuestra manera de socializar debido a que estamos limitados a comunicarnos mediante un dispositivo electrónico o de manera presencial con un distanciamiento físico considerable y dejándonos huérfanos de sonrisas.
Un “distanciamiento social”, el cual abogaba por mantener una desconexión de nuestros seres queridos, fue renombrado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), quién decidió utilizar el término “distanciamiento físico”; pues al utilizar la palabra social, estábamos anulando cualquier tipo de sociabilidad que pudiesen tener las personas. Debemos tener en cuenta que el ser humano es un ser social por naturaleza dentro de una sociedad, por lo que no se puede impedir que éste tenga habilidades sociales y relaciones interpersonales satisfactorias.
Utilizar una mascarilla, las medidas de prevención e higiene personal, no deben ser un impedimento para fortalecer los vínculos que hemos logrado tener durante nuestras vidas.
Es necesario aprender a ser empáticos, entender que todos están experimentando la pandemia de una manera diferente, algunos se sienten cómodos al estar dentro de sus hogares y no salir de los mismos, pero otros están experimentando episodios depresivos y ansiosos o inclusive desarrollando agorafobia, que es el temor a salir a lugares abiertos.
Cabe aquí una reflexión importante sobre nuestro modus operandi de socializar; tanto el tiempo como el dinero no tienen el mismo significado cuando lo hacemos solos o en compañía.
Métele caña al “Big círculo” que posees (familia, amigos, compañeros de trabajo…), no te vas arrepentir, invertir tiempo de calidad en personas importantes nunca será un tiempo desperdiciado, siempre será una ganancia.
La “nueva normalidad” está de vuelta…