En la entrada del pasado día 06/05/2021 hemos iniciado con pequeñas pautas para llevar la permanencia en casa de la mejor manera posible. Siguiendo con esta línea, hoy haremos hincapié en el cuidado de la salud mental, puesto que ésta afectará la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando nos enfrentamos a esta nueva normalidad.
Nuevas realidades han aparecido de forma repentina en nuestras vidas alterando nuestra cotidianidad. Actividades normales se han distorsionado y reconvertido. Cada vez es más común el teletrabajo, las clases en línea y la ausencia de contacto físico con familiares no convivientes y amigos. Y otras situaciones como pérdida de empleo, complicaciones financieras o el miedo a contagiarnos de COVID-19 han empeorado nuestra percepción.
No existen fórmulas mágicas, pero podemos aplicar algunos criterios útiles que faciliten el tránsito por este duro camino:
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- Mantenerse informado estando atento a las informaciones aportadas por fuentes oficiales y fiables.
- Establecer rutinas diarias en base a las necesidades.
- Manejar de forma óptima los horarios, manteniendo las horas de sueño constantes y similares, haciendo las comidas en franjas fijas, estableciendo momentos de trabajo y de descanso, definiendo las horas para las rutinas de ejercicio y reservando tiempo para actividades de disfrute.
- No descuidar el aseo personal.
- Mantener el contacto social con personas próximas utilizando los medios disponibles.
- Evitar alcohol y drogas, limitando el consumo de bebidas alcohólicas, más aún si es usado para evadir sentimientos de miedo, ansiedad, depresión, aburrimiento o aislamiento. El abuso de sustancias puede incrementar el riesgo de contagio y la baja efectividad en la aplicación de tratamientos en contra del virus. Adicionalmente, es una actividad que puede limitar la aplicación de las precauciones básicas como el lavado frecuente de manos o el uso de mascarillas.
- Reducir la exposición a las noticias y la frecuencia de búsqueda de ellas. Acceda lo mínimo posible para obtener información.
- Controlar el tiempo de “conexión”, tomando descansos y evitando “perderse” en Internet. Procurar mantener un equilibrio entre las actividades.
- Utilizar las redes sociales buscando promover mensajes positivos, evitando la difusión de información errónea o malintencionada.
- Colaborar con la comunidad, prestando ayuda en donde se sea útil. Apoye al personal sanitario mostrando agradecimiento y siguiendo sus consejos.
- No discriminar a personas infectadas, profesionales sanitarios o trabajadores esenciales muy a pesar del miedo e incertidumbre generada por el virus.
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